La implementación de una herramienta de historias clínicas electrónicas (HCE) de cefalea y la colaboración con proveedores de atención primaria (PAP) para la formación ha cambiado los hábitos de solicitud y ahorrado aproximadamente 192 000 USD por cada 1000 pacientes al reducirse las solicitudes de resonancia magnética (RM) y las derivaciones neurológicas en un 35 % y 77 %, respectivamente.
Una revisión de historias clínicas de las derivaciones por cefalea al departamento de neurología del Geisinger Medical Center, un sistema sanitario integral en Danville, Pensilvania, demostró que una proporción significativa de pacientes recibió un diagnóstico de trastorno por cefaleas primarias o cefaleas diarias crónicas, pero solo la mitad se sometieron a ensayo con medicación con prescripción antes de la derivación.