Según un grupo de trabajo integrado por expertos de todo el mundo, los biomarcadores sanguíneos (BMS) de la enfermedad de Alzheimer (EA) pueden revolucionar el diagnóstico de este trastorno en el futuro, pero aún no están listos para el uso generalizado en el ámbito clínico.
Las recomendaciones del grupo de trabajo se publicaron en línea y se presentaron en el AAIC 2022. En ellas se abarca el uso de biomarcadores como las mediciones plasmáticas de Aβ42/Aβ40, τ fosforilada y cadena ligera de los neurofilamentos (neurofilament light chain, NfL).